Insert Coin: Adictivo como los videojuegos



Insert Coin es un lugar donde puedes disfrutar de buena comida, variados tragos y un múltiple catálogo de videojuegos junto a tus acompañantes. Si bien, no brilla en todos los frentes de su propuesta, la experiencia “da vuelta el juego” y te invita a repetir.
Por Cristián Canales Villa





Imagen recuperada de: http://www.insertcoin.cl/img/slider/17.jpeg

Conocí el Insert Coin en el 2015 gracias a mi pololo, en ese entonces, fuimos al reciente inaugurado local de Providencia ubicado en Cirujano Guzmán #39. La verdad, no pude haber tenido una mejor cita donde se mezclaron a la perfección la comida sabrosa, los tragos entretenidos y una amistosa competitividad en la consola.

Tres años después, nos consideramos clientes frecuentes y decidimos ir al renovado local de Ñuñoa, ubicado en José Domingo Cañas #2306, ante la promesa de una nueva carta para el público.

Al llegar, nos da la bienvenida el anfitrión con la clásica pregunta - ¿Tienen reserva? – nuestra respuesta es positiva. El resto-bar cuenta con un servicio de reserva online en su página web, se agradece bastante ya que la afluencia de público es alta y, de no tener reserva, la espera por una mesa con consola puede hacerse eterna.

El anfitrión nos hace pasar a la mesa. Un sofá de dos cuerpos bastante cómodo y una mesa pequeña, un tanto baja para mi gusto, se emplazan frente a un televisor acompañado por un PlayStation 3. Durante los ocho minutos de espera para que nos tomen el pedido mis ojos se entretienen con las variadas referencias al mundo gamer que adornan el ambiente.

El amplio espacio que me rodea no escatima en colores vivos. Presenta cuadros con diversos títulos vintage como Space Invaders o Pac-Man, un muro donde se aprecian las atléticas figuras del Street Fighter y máquinas de arcade. Todo coronado por lámparas en forma de cajas de Mario Bross que iluminan el ambiente donde se emplazan las otras mesas con consolas que incluyen varias generaciones de Nintendo, Xbox y PlayStation.

Un –  Bienvenidos chiquillos les traigo la carta, ¿han venido antes? – me saca del vitrineo. Eduardo, el mesero, nos pide amablemente nuestras cédulas de identidad (son necesario para pedir los joysticks) y nos da unos minutos para decidir qué pedir.

La carta está llena de comidas y tragos temáticos, cada uno con ingeniosas referencias a personajes de videojuegos que varían desde la hamburguesa Pikachu, coronada con dos papas fritas que rememoran las orejas del pókemon, hasta el trago Morrigan que recrea los colores del personaje.


Sin embargo, la oferta es la misma de siempre y vinimos en busca de los nuevos productos. En la mesa se encuentra un pequeño afiche donde se informa de éstos, pero carecen de descripción y precio. Eduardo nos explica que la carta no ha sido actualizada pero que las nuevas ofertas están disponibles. Decidimos probar la hamburguesa Halo ($5.800) y el burrito Super Smash ($5.200) acompañados de una limonada de frambuesa ($2.000).


Lo primero que llega a nuestra mesa es la limonada. Refrescante, excelente balance ente dulzor y acidez, de verdad sabe a frambuesa y deja un buen gusto en el fondo del paladar, recomendada.

Tras unos minutos, llegan los platos principales. La Halo se ve apetitosa coronada con su aro de cebolla, aunque de inmediato llaman la atención los grandes trozos de pepino en su interior, algo excesivo creo yo. Las papas son muy pálidas y el hecho de que sean pre-fritas dejan en claro que no son las protagonistas del plato. 


Doy un primer mordisco a la Halo y no pasa nada, los sobres son planos y creo que algo debe andar mal, con mi segunda mordida se reafirma mi temor. Para una hamburguesa que cuenta con queso cheddar, tocino, pepino, lechuga y salsa de cilantro, lo único que se hace presente en mi boca es el sabor a carne de la hamburguesa en sí. Una decepción considerando que en general disfruto mucho las otras preparaciones del local. Lo más rescatable, el crujiente aro de cebolla.



Por otro lado, el Super Smash le hace honor a su nombre y borra el punto negro que dejó la Halo. Los múltiples sabores pelean entretenidamente en la boca y dan un espectáculo. El crujiente pollo apanado, la dulce cebolla morada, la suave mayonesa y una juguetona salsa de kétchup-whisky-vinagre, no podrían trabajar mejor. Todo termina siendo coronado por el toque ácido de la salsa tártara y el ardor justo del jalapeño. El acompañamiento nuevamente deja que desear, los nachos son simples y el guacamole es aguado y plano.  

Acercándonos al final de la jornada, decidimos pedir un trago. Por recomendación de nuestro mesero probamos el Kirbi ($5.400). La presentación es simplemente genial, de verdad nos saca una sonrisa. El sabor es dulce y frutal, aunque algo fuerte para mi gusto, pero ¿cómo decirle que no a tan entretenida propuesta?


A pesar de los aciertos y desaciertos de la carta, el verdadero triunfo del local aparece si se toma toda la jornada como una experiencia.


La hora y media que se permite por consola (dependiendo de la demanda, el personal hace vista gorda al límite de tiempo y puedes quedarte más rato) se pasa volando entre las peleas de Street Fighter, los escenarios de Scott Pilgrim vs. the World y los coreográficos combos de ataques en el Tekken. Ni siquiera el hecho de que me ganaran a cada rato y algunos problemas técnicos con el joystick lograron amargar la tarde. 

Insert Coin invita a tirar la talla con los amigos. Las risas, el juego y la buena onda se toman cada una de mis visitas a este lugar. Los precios son un poco altos, pero si se paga en grupo se hace más asequibles. Además, las porciones suelen ser generosas, usualmente un burrito y algunos tragos como el Kirbi alcanzan perfectamente para dos. Si bien, no está exento de críticas, el cuadro general parece sobreponerse a los detalles e invita a la repetición. Al fin y al cabo, nada como una tarde multiplayer con picoteo y tragos para quienes disfrutan de los videojuegos. 



Insert Coin Ñuñoa, Dirección: Av. José Domingo Cañas 2306, Web: http://www.insertcoin.cl/
Horarios: Martes y miércoles de 18:30 a 1:00 - jueves de 18:30 a 3:00 - viernes de 18:30 a 3:30 - sábado de 13:00 a 3:30 - domingos de 14:30 a 23:00. 


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