Pink Flamingos: inquietante y asquerosa
Director: John
Waters
Año: 1972
Duración: 92 minutos
Género: Comedia negra
Reparto: Divine, Mink Stole, David Lochary, Danny Mills.
Año: 1972
Duración: 92 minutos
Género: Comedia negra
Reparto: Divine, Mink Stole, David Lochary, Danny Mills.
Cuando pienso en
una película de alto impacto, mi ganadora es clara y no deja indiferente a
espectador alguno. “Pink Flamigos”, del director John Waters es el filme más
shockeante que he visto hasta el momento, y eso que tengo experiencia con lo
que respecta a momentos impactantes a la hora de ver una película. De niña tuve
que acompañar a mi mamá viendo algunas cintas en el cine como en la casa, pero
extrañamente no películas animadas de niños, si no de terror y suspenso.
Mi mamá,
fanática de trabajos sanguinarios como “El juego del miedo” o “Chuky: el muñeco diabólico”, de alguna forma
me acostumbró a lo que podría considerarse impactante, y por la misma razón al
ir creciendo mi capacidad de asombro con las películas fue disminuyendo.
Un día de mi
primer año de universidad, en una tarde de procrastinación, me animé a buscar
filmes en internet. Fue en esta búsqueda que me encontré con un foro que
hablaba sobre las películas más repugnantes de la historia. Pink Flamingos
encabezaba la lista. Solo pude ver 20 minutos, lo sentí demasiado asqueroso y
shockeante. Al otro día me convencí de darle una segunda oportunidad, no por
mero gusto, si no porque odio dejar cosas incompletas.
Esta película
protagonizada por Divine, famosa drag queen estadounidense e intima amiga del director, narra la historia
de Babs, su hijo Crackers, “Mama Edie” y Cotton, quienes viven juntos en una
vieja caravana a las afueras de Baltimore. Babs es considerada la persona más
asquerosa del mundo, lo que genera la envidia del matrimonio Marble, vendedores
de droga quienes además secuestran mujeres jóvenes para después vender a sus
bebés, y tratan de arrebatarle su título.
“Pink Flamingos”
está lleno de momentos bizarrísimos y repugnantes de principio a fin. Sus personajes, fieles representantes del
camp, crean una sátira de la sociedad estadounidense de los 70, hablando y
resistiendo desde la marginalidad. Posee una estética poco convencional y
exagerada, con grabaciones que parecen caseras y extrañas.
Desde que se presenta la protagonista el
espectador percibe que no va a ser una experiencia común, ya que es un
personaje completamente grosero y moralmente incorrecto. Esto, sumándole la
alegre música que envuelve algunas escenas, crea una sensación de incomodidad,
de que algo inusual va a pasar. Y así es. Eso es algo que me llamó mucho la
atención, el mundo ficticio que logra crear el director. Recreado por
personajes groseros, llamativos e irreverentes, que logran salir completamente
de lo común, pero dentro del filme son normalizados por los ciudadanos de
Baltimore, pareciera que nos les fuera extraño convivir con seres tan
particulares.
La cinta cuenta
con una amplia vitrina de imágenes fuertes, inquietantes y morbosas. Desde
escenas sexuales explícitas en las que también se muestran animales, pasando
por el canibalismo, por la violencia, y terminando con Divine comiendo
excremento de perro. Dato curioso, según el propio director esta escena es
completamente verídica, y se puede asumir que es así, ya que está rodada sin
cortes y no era posible hacer un montaje.
Definitivamente
uno de los filmes más transgresores que he visto. John Waters logra acorralar
al espectador en una posición de total incomodidad, en la que la sensación de
asco es permanente. Los personajes son totalmente perturbadores, y logran
sobrepasar el límite de lo moralmente correcto por creces.
No podría decir
que es un filme “bueno” o “malo” simplemente, es más complejo que eso ya que me
dejo desconcertada, pero al mismo tiempo creó una curiosidad y fascinación tremenda
, y eso siempre va a ser un punto a favor. Logra transmitir una crítica a
través de los sentidos, no necesariamente gratos, pero sí intensos. En fin, una película que no podría dejar
indiferente a persona alguna, recomendada para espectadores que toleren la repugnancia, con estómago fuerte y
criterio formado.
Por Valentina
Arévalo
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