¿Alguien está tratando de timarme?



Hace 18 años que se estrenó Nueve Reinas (2000), opera prima del fallecido director argentino Fabián Bielinsky, quien reunió al reconocido actor Ricardo Darín (Marco) con Gastón Pauls (Juan) y Leticia Brédice (Valeria). La película, que contó con un escaso presupuesto, fue galardonada en diversos festivales de cine de Latinoamérica y Europa, incluso se especuló que sería nominada al Óscar como mejor película extranjera.


La película comienza cuando Marco, un experimentado estafador de Buenos Aires, se encuentra comprando en una estación de servicio, ahí, observa como Juan (Pauls) engaña a la cajera del establecimiento con el cambio. Marco, perceptivo, se da cuenta que aquel chico de buena pinta es uno de los suyos.

Marco le propone trabajar juntos, ya que ha perdido a su colega de atracos, por lo que acuerdan iniciar una asociación para seguir estafando. Marco, que es mucho más grande que Juan, demuestra avidez y decisión a la hora de cometer los engaños. Juan es un chico que tiene talento, pero constantemente se cuestiona su actuar, no quiere seguir los pasos de su padre, quien también era un estafador.

Las aventuras de dos embaucadores que se acaban de conocer avanzan de manera vertiginosa. Robos, mentiras, cuentos del tío y un sinfín de triquiñuelas son las que componen la primera parte de esta entretenida película.

La relación entre Marco y Juan genera buenos dividendos, hasta tal punto de que aparece una oportunidad única de arreglar por un buen tiempo sus vidas. De todas maneras, nunca logran dejar de lado los engaños mutuos rodeado de un ambiente de desconfianza total.

El director propone una película con toques de comedia, donde los personajes se convierten en actores, ya que nunca queda claro quién dice la verdad. Sin duda, algo que es complejo de lograr. Este fenómeno consigue captar la atención del espectador desde principio a fin, lo que obliga a estar muy atento a cada personaje que interfiere en la historia.

Para alcanzar lo dicho en el párrafo anterior, se necesita un guion perfectamente trabajado, y se alcanza de manera satisfactoria. A pesar de que puede existir una tendencia a la confusión por parte del espectador, producto de la aparición esporádica de personajes secundarios en acciones claves, Bielinsky logra que todo calce sin dejar cabos sueltos.

Si bien la cinta es casi perfecta de principio a fin, ya que a medida que va avanzando la trama deja mejores sensaciones, se debe destacar los diálogos jocosos y hasta filosóficos que se generar entre los personajes principales. Uno podría creer que solo se trata de una película de acción policial, pero no.

Ricardo Darín, bastante más joven, salta definitivamente a la fama con su papel en Nueve Reinas. En aquel entonces, tenía bastante recorrido en el mundo televisivo y teatral, pero el en la industria del cine todavía no se hacía con un lugar importante. El mismo amor, la misma lluvia (1999) protagonizada junto a Soledad Villamil, del reconocido director Juan José Campanella, le abre el camino en el séptimo arte.

El éxito de las películas protagonizadas por Darín tienen un denominador común: la compenetración y entendimiento con su compañero de actuación. Nueve Reinas no está ajeno a aquello. Gastón Pauls es un compañero que logra una notable complicidad con Darín que da un resultado fantástico.


Bielinsky tiene mucho que ver en la buena relación que logran ambos actores dentro de cada escena. No debemos dejar de lado el brillante aporte de cada uno de los personajes secundarios con actuaciones sólidas y precisas. Está critica es un pequeño homenaje un director que podría haber desarrollado una carrera importante dentro del premiado cine argentino, pero que lamentablemente falleció a temprana edad (47 años), dejando dos obras muy aclamadas por la crítica: Nueve Reinas (2000) y El Aura (2005)

        Por José Ignacio Quezada.




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