Oveja negra: Sabores que te dejan helado
Incluso cuando hace frío, como ese domingo, un helado en Oveja Negra vale la pena. Esta heladería está ubicada en el barrio Italia, Avenida Italia 1333.
Estamos en un vecindario muy agradable, verde y bastante tranquilo este
domingo por la tarde. Florecen murales, bajas casas de colores y tiendas de
antigüedades. Lástima, la heladería tenga vista a un centro comercial menos
encantador que las casas alrededor y un poco ruidoso. "Sabores que dejan
helado" dice el frente, o "#Mejores que en Italia". Intrigada,
eso es lo que vine a comprobar. Algunos detalles al principio: no vale la pena
llegar a Oveja Negra antes de las
14:30 como hice yo: no estará abierto. Llegamos a una pequeña tienda totalmente
acristalada, donde la recepción es muy agradable pero donde no hay baño y solo
6 asientos afuera, a la sombra. Nos ofrecemos una selección bastante limitada
de helados artesanales (una docena).
Por $ 2,500 puedes disfrutar de un “simple”, como hice yo. Elegí una maní-chocolate-caramelo
y, a pesar de esta complicada elección, el helado no era ni demasiado dulce ni
demasiado fuerte, lo que me complació. Los colores de los helados me parecían
muy naturales, sin colorantes y con el sabor que aprobó, pienso que de verdad
se hice esos helados de una manera muy natural y artesanal como se puede leer
en la tienda. Podía sentir claramente los tres sabores que elegí. Primero
gracias a los trocitos de chocolate negro, mientras que no tenían el sabor
verdadero de chocolate negro según yo: estuvieron demasiado dulce y sin el
gusto fuerte del cacao, sin el amargo. Pero me encantaba la consistencia de
estos trocitos disparcitos. En un segundo lugar, había el caramelo derretido
cuya temperatura contrastaba deliciosamente con el resto del helado y en el que
se añadí una pizca de sal, lo que fue riquísimo porque revela el sabor del
caramelo y del helado en su total. Por fin, el helado de maní tenía un sabor sutil
y lía los sabores de chocolate y de caramelo juntos. Estos tres sabores, aunque
tienen un fuerte sabor individual, armonizan bien con este helado. Además,
disfruté la consistencia muy cremosa del helado y la generosidad del contenido.
¡De verdad, después de un “simple” no tienes más hambre por el día! Finalmente,
a pesar de su palidez y su aspecto industrial, el cono me complació con su crujiente,
su delicadeza y su encantador sabor de galleta. Se casó perfectamente con el helado
mientras que añadí dulce en un helado que era ya muy dulce. Quizás sería mejor
elegir un frasco para ese tipo de helado… Pues, ¿“mejores que en Italia”? No lo
pienso porque he aprobado helados en Italia y fueron única, con un sabor mucho
más sutil y sobre todo con un cono que tenía el gusto de un delicioso pastel.
Sin embargo, esos helados se aparecen a helados italianos puesto que tienen una
consistencia similar, muy cremosa y con trocitos. Además, se puede disfrutar
esos helados en frente de los maravillosas Andes, lo que por supuesto no se
puede en Italia y que es muy bueno. Escribiendo eso, realizo que el contexto
está muy importante en la degustación de un plato, un pastel o un helado.
Ultimo comentario sobre esa heladería: no sé si es el caso de Chile, pero
dice en Francia que se distingue una buena heladería de una mala heladería al
servicio de un vaso de agua que acompaña al helado... Lástima, este no me fue
servido y, por lo tanto, es el único punto negativo de esta heladería… que
recomiendo todavía ¡liberándome del rigor francés!
Por Coline Rouchié.
Avenida Italia 1337 local 1, Santiago. Región Metropolitana.
Fono: 9 4286 027
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