Papachecos: Papitas para ser feliz
Papachecos: Papitas para ser feliz
Camino hacia las
afueras del metro Baquedano y el ritmo acelerado de un músico me hace caminar
más rápido, hasta estar en sintonía con sus manos que golpean un instrumento
improvisado. Subo las escaleras y cruzo hacia donde está el Telepizza, estoy
buscando un local que encontré en Instagram y que me llamó la atención por lo
que venden y el formato en que lo hacen.
Al llegar al
semáforo donde se cruza hacia el Forestal, miro hacia la izquierda y lo veo: “Papachecos”,
dice en grande con letras blancas y negras, acompañadas de un fondo con franjas
diagonales del mismo color.
Como ya me había
dedicado a investigar el local, sabía lo que vendían y el procedimiento de
compra. Y ¿qué venden? Su producto estrella, y el único, son papas fritas, tan
simple como eso. Además de bebestibles como bebidas en lata, de medio, agua
mineral, té helado y limonada.
Uno de los
hashtag y eslogan del local es #PapitasParaSerFeliz, y el otro #NoMásPrefritas,
por lo que prometen papas naturales y recién hechas, con doble fritura, para lograr
lo crujiente por fuera y blandito por dentro. El formato de estas papitas es en
un cambucho, como los que comprábamos cuando niños, pero con los mismos colores
y el diseño ya mencionados antes.
Al entrar al
local lo que prima es el color blanco, que está en todas las paredes. Es
bastante pequeño, por lo que no hay lugar para comer en el local.
Al fondo están
los precios. Primero hay que elegir el tamaño: M ($1.750), G ($2.200) y XG
($2.750). Veo a una niña salir con un cambucho y le pregunto qué tamaño es.
“M”, me dice. No había almorzado por lo que pensaba pedir una en tamaño G, pero
veo que las que llevaba la niña eran bastante grandes, así que me decido por
una M.
En Papachecos
han sabido innovar, y las papitas no van solas. Son 27 las salsas y toppings
con las que se pueden acompañar, cada una con un valor que se agrega a la base
que son las papas fritas. Existen salsas y toppings básicos y premium, donde la
segunda dobla el valor de la primera. Entre las salsas básicas se puede
encontrar mayonesa al ajo y al merquén, lactonesa de cilantro y otra de
especias, mostaza antigua y salsa bbq. Dentro de las premium hay tapenade de
aceitunas, mostaza dijon con miel, queso roquefort, berenjenas grilladas y
otros.
Entre los
toppings se puede elegir entre choclo a la crema con ciboulette, cebolla
caramelizada, pebre, o para los paladares más exquisitos, pollo al coñac,
prieta estofada, longaniza salteada a la cerveza o tocino dorado. Las mezclas
pueden ser infinitas. Yo me decido por queso roquefort con salteado de
champiñones y tocino dorado.
El valor de las
salsas o toppings básicos para las papas M es de $200 y $400 los premium, así
que el total de mi pedido es de $2.950.
Luego de pagar,
un niño procede a armar mi cambucho. Veo que todo es en grandes cantidades. Las
papitas desbordan el envase, igual que los champiñones y el tocino, que menos
mal se adhieren a la salsa, sino lo hubiera perdido todo intentando mantener el
equilibrio para que no se cayera ninguna al suelo. En cinco minutos ya estoy
enterrando el tenedor plástico que me entregan y saboreando esta combinación
que se me ocurrió.
Fue acertada al
100%. Exquisito todo. La temperatura es justa, todo se nota fresco y la
presentación es muy característica. Papachecos logra crear una marca con sus
papitas, que gente sube a diario a Instagram con el Hashtag
#PapitasParaSerFeliz, creando incluso una moda que ha logrado posicionar este
local en muy poco tiempo dentro de los lugares más visitados y populares de Santiago
para degustar este alimento.
No recuerdo qué
había antes en ese lugar, ya que este local está solo desde este año, pero la
fama de Papachecos ha ido in crescendo y hoy este modesto y pequeño local ya
logra marcar presencia.
Al salir ya con
mis papitas en mano, me veo un poco complicada con el manejo de ellas, pues el
cambucho, aunque bastante grande, quedaba pequeño frente a la cantidad de
comida que albergaba. A pesar de mis esfuerzos, varias cayeron al suelo. Otro
contra es que no existe una versión para llevar como tal, como algún tipo de
cajita cerrada que no sea de consumo inmediato.
Fui a
este local con un amigo, quién pidió una porción G con longaniza salteada a la
cerveza y mostaza antigua. Claramente le pedí, con fines investigativos, una
probada de su mezcla y no me agradó mucho. Si bien la longaniza era muy sabrosa
y también la mostaza, está última era demasiada y su sabor tan fuerte terminaba
por convertirse en un dolor de estómago. Pero al ver Instagram descubrí que
existe la posibilidad de pedir las salsas y toppings en unos tachitos pequeños
de plástico transparente, para no ponerlo directamente sobre las papas, pero
nadie nos dijo de esto en el local.
Si bien gran
parte de lo novedoso está en el formato cambucho vintage de esto, pero por otro
lado, también se convierte en un problema, ya que todo lo que no es papa queda
al principio y, como es mucho, cuesta bastante mezclarlo todo y no llegar al
final del cambucho comiendo solo papas.
Sin embargo, en
general, es un local más que recomendado, tanto por la atención cordial y el
corto tiempo de espera, sorprendente considerando la calidad y frescura de sus
productos, y la ubicación central y muy accesible, al encontrarse a pasos de
plaza Italia y del parque forestal, donde finalmente me dediqué a mirar el
paisaje mientras lograba saborear la explosión de sabores. El sabroso tocino
mezclándose con lo crujiente de las papitas, lo cremoso de la salsa de queso
roquefort y lo jugoso y suave de los champiñones. Una compra que sin duda repetiría.
Por Irma Fernández
Nombre: Papachecos
Dirección: Merced 10. Santiago, Chile
Instagram: @papachecos.cl
Horario: Lun 17:30 PM a 22:00PM
Mar - Vie 12:00PM a 22:00PM
Sáb 13:00PM a 22:00PM
Dom 13:00PM a 20:00PM
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