Sensaciones salvajes



              Relatos Salvajes es una película dinámica, completa y por sobre todo divertida. Se podría decir que es una mezcla perfecta entre humor y crítica social, puesto que en los seis relatos que se presentan en el filme,  se deja entrever una visión crítica del sistema argentino. La película comienza con una breve historia desarrollada en un avión que incrementa la intensidad y la tensión con el paso de los segundos, hasta que en el momento final, nos encontramos con un corte abrupto y luego, la presentación del film. Punto a favor. Es una especie de prologo bastante acertado, al mismo tiempo, es una buena forma de introducir las distintas sensaciones que el largometraje de Damián Szifron genera en la audiencia.


En cada una de las historias se muestran situaciones particulares que les suceden a personas normales, y es ahí donde está lo llamativo. Son historias que no le suceden ni a políticos, ni a figuras públicas ni artistas, es gente común y corriente que sufre en igual medida, las injusticias de la sociedad en que viven los protagonistas de cada uno de los relatos. Y es esto más o menos lo que se quiere lograr, que el público vea la película y se sienta identificado con lo que se transmite, y es que lo particular no está en las historias, que en cierta medida si son importantes para llevar la cinta, sino que está en el desenlace de estas. Cada historia contaba con el desarrollo de una situación cotidiana, la que por alguno que otro motivo tenía un problema para el/la protagonista y esto ocasionaba una reacción en cadena, esto se traducía en un colapso y posterior sobrerreacción, de una manera violenta, salvaje. Esto es lo que le significaba a los personajes otro problema más, debido a que al tener una reacción desmedida, la situación empeoraba y se hacía aún más difícil salir del impasse. Esto es una buena forma de hacer que el público se identifique con la realidad, porque al enfrentar los problemas y demostrar el descontento que les provocaban estos inconvenientes, todo les salía mal. Entonces, la pregunta que nos hacemos es: ¿Enfrentamos y manifestamos nuestro descontento y todo empeora, o nos quedamos de brazos cruzados y vemos como nos pasan a llevar?

La crítica social inserta en el filme de Szifron,  genera buena recepción, puesto que al finalizar deja mucho que pensar, muchas interrogantes, y no con respecto a la película en sí, sino que a todo lo que se vive fuera del cine, lo que viven todos los espectadores y los que se sintieron identificados por las historias presentadas. Los actores ayudan a sentirse parte de la cinta, porque generan un nexo entre el espectador y los protagonistas, es aquí donde no puedo omitir mencionar a Ricardo Darín y su personaje Simón, en el corto llamado “Bombita”. Su papel encarna al obrero que se harta de las injusticias y lucha por lo que él considera un “robo”, lo que finalmente, y como es la tónica de esta película, ocasiona un desenlace desastroso para Simón Fischer. Siento que esto logró a la perfección el sentimiento de empatía por parte del espectador. Sin duda uno de los cortos que más me gustó.

Relatos Salvajes es una película tan bien lograda, que siento que cada cortometraje que la compone puede ser usado para una película independiente y de esta forma desarrollar una historia aparte. Deja sensaciones muy agradables, te mantiene despierto y te hace pensar, una mezcla de sensaciones que no deja indiferente a nadie.


    Por Gianluca Giordano F.

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