Perfect Blue: El camino al estrellato obstaculizado por la mente
Título: Perfect Blue
Título original: Pâfekuto Burûaka
Año: 1997
Duración: 81 min.
País: Japón
Dirección: Satoshi Kon
Guion: Sadayuki Murai (Novela:
Yoshikazu Takeuchi)
Música: Masahiro Ikumi
Fotografía: Hisao Shirai
Género: Drama psicológico. Thriller
psicológico
***Esta reseña contiene
Spoilers, CUIDADO.
Si hablamos de películas de
impacto Perfect Blue o Pâfekuto Burûaka es la indicada. Esta es una película de
animé japonesa que cuenta la historia de una joven de nombre Mima Kirigoe, que
pertenece a un grupo de idols llamado CHAM!. Mima, guiada en parte por los
consejos de uno de sus dos managers decide dejar de ser cantante para
convertirse en actriz, lo que es un gran salto de imagen. La presión social de
sus fans por cambiar a la niña, como lo son comúnmente las idols en Japón, jóvenes
casi angelicales, sumando al acoso de un extraño y la dura realidad de aceptar
que no todo sale como esperaba termina por pasarle la cuenta a esta joven, comprometiendo
su salud mental e incluso su vida.
Cuando declara que se separa, recibe
una carta donde se entera de un Blog llamado La habitación de Mima, donde alguien suplanta su identidad y
escribe a modo de diario de vida sobre lo desgraciada que es ahora que no es
una Idol. También se narran detalles de su vida que solo ella conoce, lo que la
vuelve paranoica y logra crear una imagen fantasmal de sí misma en versión
CHAM! que la atormenta diciendo ser la verdadera Mima.
En esta película se da una guerra
de identidades, paralelo al mundo del espectáculo que en realidad puede verse
como una exageración del mundo real. Lo que los demás quieren en contra de lo que
queremos de nosotros mismos, el miedo al rechazo y la soledad y cómo a veces
privilegiamos a los demás buscando aceptación social, dejando de lado las
aspiraciones propias.
Así comienza el juego con la
mente de la protagonista, que empieza a dudar acerca de si está o no por el
camino correcto en su cambio de rubro. Tiene un papel insignificante en una
serie de crímenes y detectives y su desgracia se ve magnificada por el blog,
con el que se obsesiona. Además de todo esto, un fan que está obsesionado con
ella la acosa, lo que crea mayor inseguridad en Mima.
La búsqueda de un ascenso en su
carrera como actriz la lleva a grabar una escena de violación y hacer una
sesión fotográfica de desnudos, lo que produce un quiebre en la vida de la
actriz.
Con esto, la imagen de niña iba
quedando atrás, hasta que en el blog se comenzó a culpar a otros personajes por
las decisiones de Mima y se desatan muertes cuya explicación, aunque confusa,
se entrega al final.
La película en sí es bastante
lenta, ya que recién casi a la mitad de la película las cosas comienzan a tomar
forma. Se comienza a repetir el mismo día y finamente el espectador nunca logra
distinguir qué hay de cierto en cada uno de ellos, confusión que vive junto con
la protagonista.
La película utiliza de forma
recurrente, el cambio de escenario con una misma acción enfocándose en el
personaje, para generar conexión entre pasado y presente, o ficción y realidad,
y es esto lo que deja al público expectante y atento, al punto que se difuminan
los bordes de la realidad y la ficción, y nunca se puede estar seguro si estos
se vuelven a definir.
A pesar de la lentitud de la
trama, la considero una pieza de culto, por el montaje excepcional, los colores
usados en casa escena de forma armoniosa incluso en los momentos de impacto y
confusión, la música logra conectar escenas y darle sentido a la historia. Todo
está hecho a la perfección, tanto así que incluso los derechos de esta película
fueron comprados por el director Darren Aronosky, que utilizó en escenas de Requiem for a Dream y que explotó en el Cisne Negro. Asimismo, Kon logró
inspirar a Nolan en Inception con su
película Paprika. Todas estas
películas de alto calibre que muestran la calidad de la obra, y que a su vez es
un punto para defender la idea de que el animé no es solo para niños, como se
cree comúnmente.
Perfect Blue me mantuvo todo el
tiempo atenta y, aun así, la comprendí mucho mejor cuando la vi por segunda
vez, donde todo se conecta con mayor facilidad y aparecen nuevas referencias
que a la primera pasada no saltaban a la luz, o no tenían sentido aún. Si
hablamos del final podemos decir que todo el tiempo se nos entregan pistas,
pero estas son tan sutiles que solo podemos saberlo si la vemos.
Por Irma Fernández Pacheco
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