Bohemian Rhapsody: una experiencia que hay que vivir
Por Constanza González Lara
Mi acompañante esta vez fue mi pololo, Guillermo. Él y yo nunca hemos sido buenos para ir al cine ni para ver películas, al menos juntos. El tiempo que llevamos formando parte de nuestras vidas, que son más de tres años, creo que solo hemos ido al cine cinco veces, es más, cuando nos proponemos juntarnos y ver alguna película, siempre uno de los dos termina dormido o simplemente nunca sabemos cuál mirar. Una película tiene que llamarnos mucho la atención como para llegar al cine.
Admito que no somos mega
fans de Queen, pero si tenemos mucho respeto y admiración por la extraordinaria
trayectoria de la banda y por la genialidad que tuvieron al momento de crear música
que logró trascender de generación en generación. Sin embargo, desde que salió
“Bohemian Rhapsody” sentí una curiosidad enorme por ir al cine a verla, incluso
estuve casi un mes molestando a mi compañero para que me acompañara, pero por
uno u otro motivo nunca podíamos. Casi sentí que me iba a quedar sin verla,
pero no.
Fuimos al CinePlanet que
queda en el Mall Florida Center y como compramos las entradas por internet
($2.000 c/u con descuentos), andábamos relajados, olvidando que ambos somos
expertos en llegar tarde a todo, no importa cuantas precauciones tomemos antes.
Cuando llegamos al lugar, solo nos quedaban quince minutos para el comienzo,
cabe recalcar que nuestra función era a las 19:00 horas. Nos relajamos más aún
al ver que teníamos tiempo, olvidando que también somos indecisos, así que
perdimos los quince minutos tratando de escoger qué comer.
Yo sé que muchas personas hacen lo que nosotros hicimos y no me da vergüenza admitir que terminamos comprando comida fuera del cine y escondimos todo en la mochila para poder entrar sin que nos pillaran. Al llegar al cine, no tuvimos que hacer fila y creo solo entramos cinco minutos tarde.
Fue sorprendente ver que,
a pesar del tiempo que ha pasado desde el estreno, la sala igual estuviera llena.
Llegamos y ya estaban dando los adelantos y comerciales previos a la película,
no sabemos cuántos pasaron antes de que llegáramos nosotros, pero nunca nos han
gustado ni les hemos tomado importancia. Por esto, notamos que el momento duró
demasiado, es más, mi compañero comenzó a impacientarse al cuarto tráiler y lo
hizo notar con un “Ya pos, están dando
muchos comerciales”.
Fueron, sin mentir, cerca
de diez minutos que estuvimos viendo avisos y trailers, cuando por fin se
apagaron las luces y salió el “20th Century Fox Fanfare” acompañada del sonido
tan característico de la guitarra eléctrica que le dio todo el toque.
En lo personal, pasé por
todas las emociones. Partí con miedo, porque no sabía a qué me enfrentaba,
siempre he admirado la actitud de Freddie Mercury y no quería decepcionarme
viendo a alguien que no pudiera hacer ni un tercio de todo lo que él hacía,
pero jamás, en ningún momento fue así.
Realmente la película de
Bryan Singer acertó. Durante las más de dos horas de metraje, mi sensación era
la de estar viendo la mejor película del año, en realidad, la mejor película en
muchos años y netamente porque se transformó en toda una experiencia. Una película tan bien realizada donde olvidas
que estás en una sala de cine, te olvidas que no estás realmente en el
concierto, de hecho, muchas veces me quedé con la sensación de querer pararme y
aplaudir. Guillermo no sintió tanta
emoción en ese sentido, porque disfrutó más de las canciones que ya conocía,
sin embargo yo, aunque no las conocía todas, las disfrute igual.
Conocida por ambos y por todos, es la enfermedad que
enfrentó Mercury y por esto, el modo en como se plasmó el deterioro de su salud
estuvo tan bien interpretada por Malek, que mi acompañante y yo quedamos
fascinados con esa parte humana y sensata de la película.
Quizás mi única crítica
al personaje en sí es que exageraron un poco en los dientes, pero nada,
absolutamente nada más. Una actuación destacable, digna de premios importantes
y relevantes.
Mi aporte no resulta tan relevante a la hora de opinar sobre que tan buena o no fue la interpretación de Ben Hardy como Roger Taylor, tampoco de Joseph Mazzello como John Deacon y, por sorprendente que parezca, no tengo mucho que decir sobre Gwilym Lee como Brian May, pero mi acompañante sí. Él resaltó de sobremanera la interpretación de Gwilym Lee, aludiendo a que el parecido con May era “innegable”.
Mi aporte no resulta tan relevante a la hora de opinar sobre que tan buena o no fue la interpretación de Ben Hardy como Roger Taylor, tampoco de Joseph Mazzello como John Deacon y, por sorprendente que parezca, no tengo mucho que decir sobre Gwilym Lee como Brian May, pero mi acompañante sí. Él resaltó de sobremanera la interpretación de Gwilym Lee, aludiendo a que el parecido con May era “innegable”.
Como no todo es maravilla, puede ser que el contenido de la película, en cuanto a biografía de Freddie Mercury, deje bastante que desear, no nos permitió ver más allá de lo que generalmente ya conocemos, entonces sentimos que casi fue una “pincelada”, dejando varios hitos relevantes de su vida fuera, quizás para poder calificar como una película de entretenimiento.
A pesar de esto, hay que admitir que la performance del Live
Aid fue como para pararse y aplaudir, de hecho, muchas veces me quedaba con esa
sensación, realmente quería hacerlo, pero volvía a la realidad y me daba cuenta
que estaba sentada en una sala de cine. Guillermo también quedó fascinado con
la producción, con el buen trabajo que realizaron para realmente situarnos en
ese momento. Además, él ya había visto videos de lo que fue aquel histórico
momento en el Estadio de Wembley, entonces terminó realmente impresionado con
el resultado.
Hay una cosa que nos
queda rondando y que no hemos dejado de
comentar hasta ahora. En la película se plasma de un modo muy poco sutil la
incomodidad que le genera a Brian, Roger y Deacy la homosexualidad de Mercury,
es más, a lo largo de todo el metraje se notó esa actitud negativa. La película
realmente evita tocar a fondo el tema de la homosexualidad, transformándose
casi en una película que bordea el conservadurismo y homofobia.
Ambos nos dimos cuenta
del gran enfoque que le dieron a la relación que Freddie tuvo con Mary Austin,
ambos también concordamos en que sí, fue relevante, pero no hay una profundidad en la relación que tuvo
con Jim Hutton, la que fue igual de importante e incluso me atrevería a decir que
mucho más. Se dan ciertas luces de su unión y se le otorgan tres o cuatro
escenas finales, pero eso fue todo. La única decepción que nos dejó es que sentimos
que por vender entradas y convertirse en un “entretenimiento familiar” se
omitieron temas muy relevantes.
Cabe destacar que todas
estas críticas nacen días después de verla, porque cuando salimos del cine, lo
único que pensábamos y comentábamos era que está resultó ser la mejor película que hemos ido a ver al
cine. Es más, como la película terminó de golpe, justo en el mejor momento de
la banda, nos dejó realmente emocionados.
Quizás Bohemian Rhapsody
es grandiosa en cuanto a interpretaciones que realmente están muy bien logradas,
transformándola en una experiencia que hay que vivirla. Sin embargo, no dejo de
pensar en que se arriesgó la veracidad de lo que realmente fue la vida de
Freddie Mercury, todo con tal de no ofender a nadie.
Ficha técnica
Titulo original: Bohemian Rhapsody
Año: 2018
Duración: 134 min.
País: Reino Unido
Dirección: Bryan Singer
Guión: Anthony McCarten (Historia: Anthony McCarten, Peter Morgan)
Música: John Ottman (Canciones: Queen)
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; GK Films /
New Regency Pictures / Queen Films Ltd. / Tribeca Productions / Regency
Enterprises. Distribuida por 20th Century Fox
Comentarios
Publicar un comentario