El VHS favorito: La Tierra Antes del Tiempo




La experiencia de ver películas en la comodidad de la casa es muy distinta ahora a cómo era en mi niñez. En la actualidad todo es bastante sencillo y automática, basta apretar un par de click para sentarse y disfrutar de la película a elección. Sin embargo, el poder disfrutar de una cinta VHS era un tanto más complicado y requería un mayor esfuerzo. Conectar una videograbadora más grande que cualquier dispositivo actual a un televisor casi imposible de mover por un niño, sumado a la espera llena de fe de que el casete fuera leído correctamente y no hubiera que limpiarlo una y otra vez. La experiencia VHS podía ser mucho más frustrante e involucraba mucho más a la persona.

Ver VHS era una parte fundamental de mi niñez. Mis dos padres trabajaban todo el día, por lo que me pasaba las tardes en la casa de mis tías. Entretener a un niño puede ser difícil, sobre todo cuando está rodeado de otros cinco primos de edades parecidas. Entre juegos en el patio, aventuras inventadas al puro estilo Rugrats, o ver los llamados “monitos”, sentarse a ver VHS era una alternativa para tener quietos a tantos cabros chicos.   

La pieza de mi tía tenía un mueble justo frente a su cama, arriba de este se encontraba la videograbadora y los estantes se llenaban de distintos VHS animados para ver a cada momento. En esas cintas vi los clásicos de Disney y su competidora Dreamworks, Pero entre todas las películas, mi favorita se relacionaba con otra de mis obsesiones de niño: los dinosaurios.  

Cuando niño solía tener un enorme interés por los dinosaurios y todo lo relacionado a esa época, hasta quería ser Paleontólogo cuando creciera y descubrir fósiles de esas enormes bestias. Entre las clásicas Jurassic Park y el fallido Dinosaurios de Disney, otro clásico se convirtió en mi favorito: La tierra antes del tiempo. La tierra antes del tiempo es una película de 1988, que, gracias a la conservación de los clásicos, pude disfrutar más de una década después. El film dirigido por Don Bluth nos cuenta un relato de millones de años atrás, sin un ser humano a la vista, en donde un recién nacido cuello-largo, llamado Piecito, emigra junto a su familia al Gran Valle, una tierra prospera.  

La sinopsis de la película no promete nada espectacular, pero la verdad es que la trama toma un violento giro desde ahí y da un violento golpe a la sensibilidad de un niño que lloraba por cualquier momento sentimental de una película. Tras alejarse de su manada, Piecito y su reciente amiga triceratops, Cera, son atacados por el violento Diente Agudo, un Tiranosaurio que se convertiría en el protagonista de las pesadillas de mi niñez.

Muchos recuerdan El Rey León como aquella película infantil que les rompió el corazón, y muchos aun no superamos el fin de Mufasa. Pero, La tierra antes del tiempo era mi Rey León. Para defender a su hijo del violento dinosaurio, la madre de Piecito se enfrenta y ataca al Tiranosaurio. No importó lo mucho que la apoyé, ni lo seguro que estaba de que no podían hacer algo tan traumante en una película infantil, la madre no triunfó.

Se los concedo, la muerte de Mufasa o de la mamá de Bambi fueron escenas muy tristes. Pero en mi opinión, ninguna puede vencer la muerte de la mamá de Piecito. Mufasa muere fuera de cámara y su hijo encuentra su cuerpo ya sin vida, mientras que la madre de Bambi es asesinada fuera de cámara. En La tierra antes del tiempo, se nos muestran los últimos momentos de la madre, sus últimas palabras, a un hijo rogándole a su madre que se levantará para seguir juntos el largo camino y a una madre que, a pesar de todos sus esfuerzos, no puede continuar. Sus últimas palabras fueron también el momento que hizo que un niño llorara a mares la muerte de un dinosaurio.    


“Piecito, deja que tu corazón te guíe, el corazón susurra, así que escúchalo con atención”

Recientemente leí que después de esa escena, los escritores rápidamente pasarían al tema siguiente de la historia. Sin embargo, pensaron que dejar a Piecito sin resolución inmediata sería demasiado frío. Me alegro de que así haya sido pues la escena a continuación era mi favorita de la película. Tras correr del lugar, Piecito resbala y se golpea con fuerza, despertando a un dinosaurio gruñón que consuela al dinosaurio pensando que este lloraba por el fuerte golpe, cuando en verdad era por perder a su madre, este lo consuela diciendo que el tiempo lo sana todo, ya sea el golpe o su reciente perdida. Si bien en ese momento solo me desbordaba con tristeza, actualmente me he aferrado al sentimiento de esa escena y su reflexión respecto a la muerte. Más que su presencia material, recordamos a las personas por su impacto en nosotros y solo podemos honrarlas recordando aquello que nos enseñaron. Confió plenamente en que ese era el mensaje correcto para que un niño escuchara.   

Recuerdo que la música de la escena también significaba algo importante cada vez que me repetía la película. Desde pequeño le he prestado atención a la música de las películas y su impacto en ellas. En el año 2015, el compositor de la banda sonora, James Horner, murió en un trágico accidente. Cuando supe la noticia volví a escuchar aquella banda sonora que no escuchaba en años y volví a llorar, ya sea por la escena o por el impacto que Horner tuvo en mi niñez, un agradecimiento y un pequeño homenaje más que merecido para el compositor. 



Cuando mi mamá volvía de su trabajo después de ver la película, la abrazaba fuertemente esperando nunca tener que vivir lo de Piecito. Y si bien, la muerte sigue siendo un tema que me preocupa y aterra, la música de Horner me recuerda a esa escena, esos diálogos y esa reflexión que he abrazado con fuerza durante estos años. Las infinitas secuelas y el tiempo quizás hayan manchado el legado de La Tierra Antes del Tiempo, pero la verdad es que agradezco haber tenido esta película para ver una y otra vez y confío en las emociones que me provocó entonces y que sigue evocando tantos años después. 



Por Fabián Núñez 

Título Original: The Land Before Time 
Director: Don Bluth 
Guión: Stu Krieger 
Producción: Don Bluth, Gary Goldman, John Pomeroy 
Elenco: Gabriel Damon, Candace Hutson, Judith Barsi, Will Ryan
Música: James Horner 
Distribución: Universal Pictures 
Fecha: 18 de Noviembre, 1988

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