Entrenando a tu dragón: una película para recordar siempre





Año: 2010
País: EEUU
Duración: 1: 45 minutos
Género: Animación, comedia



La primera secuela de Entrenando a tu dragón, hace ocho años la vi en el cine, en el único cine de mi isla en medio del Caribe, era el panorama perfecto para matar el calor tropical y divertirse, fui con mi hermanita de tres años, quien por primera vez iba al cine, mi prima y mi mamá. Recuerdo haber insistido inmensamente para que me llevaran a verla y gracias a mis buenas notas mi mamá terminó por premiarme.

Nos sentamos en las butacas alineadas con nuestra “cotufas” (cabritas de mantequilla), en cuanto empezó la película me cautivaron los colores y la naturalidad del protagonista, Hipo. Su lucha por no decepcionar a su papá, el mayor cazador de la tribu era casi imposible por sus fortalezas, ya que no era un joven musculoso ni fuerte, pero sí muy ingenioso e inteligente.
En la tribu vikinga “Bert” deben luchar en contra de los dragones, puesto que les quemaban sus casas y robaban su comida, era el mejor quien asesinaba más. Situación que le generaba un poco de ruido a Hipo, pero no es hasta que conoce a un dragón furia nocturna, especie casi extinta con la que empieza a acercarse y generar una amistad, luego de haberlo lastimado en su intento de matarlo para ser como el resto de los hombres vikingos. A raíz de esto se propone estudiarlos y salvarlos.  

Mientras se conocen la historia se vuelve muy tierna y graciosa. Situaciones para romper el hielo o muestras de cariño se desarrollan de manera espontánea y extraña, hecho que a todos los niños y adultos de la sala nos hacía morir de la risa, el ritmo y la música en esta parte la hacen realmente amena y Chimuelo (dragón) se termina por robar tu corazón. Mi prima estaba tan feliz de esta película como yo y estoy segura de que se imaginó al igual que yo tener un amigo dragón.

Hipo al igual que todos los jóvenes que quieren ser cazadores de dragones van al centro de entrenamiento contra dragones para aprender a domarlos y eliminarlos. Pero al no querer matarlos busca una solución con su amigo dragón, mientras está con Chimuelo aprende lo que les gusta a los dragones, a qué le temen o con qué los enfurecen para poder domarlos sin necesidad de violencia.

El clímax se genera al pueblo y su padre enterarse que Hipo está a favor de los dragones y estos los acusas de desleal, debe enfrentar los prejuicios del pueblo, tarea que no se vuelve fácil.

Recuerdo que se me arrugó tanto el corazón con el final del largometraje de una hora y cuarenta minutos, que no podía disimular mi llanto, intentaba esconderlo de mi mamá y mi prima por vergüenza, pero ellas estaban igual de afligidas que yo.

Ir a ver Cómo entrenar a tu dragón se ha vuelto una experiencia familiar, la parte dos también la vimos en familia, es una película hermosa que enseña valores de confianza, amistad, autenticidad, respeto, originalidad, lo más importante es ser natural y creer en sí mismo, un mensaje potente porque es justo en las edades donde incide el bullying en los salones de clases, amistades, actividades extracurriculares, entre otras.  

No puedo esperar a que se estrene la tercera secuela, es una película que ya tengo planeada ir a verla, ya no será en mi isla ni con mi mamá, hermana, prima, pero al menos espero verla con mi familia de acá. Es una animación que recomiendo totalmente, el contenido está muy bien pensado sobre todo para que los niños enfrentes cualquier situación y busque el apoyo en sus padres como lo hizo Hipo.


Por María Fernanda Gándara


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