MR. Baclawa: El fail de la comida árabe
Parto mi camino sin saber en qué
local terminaré almorzando, lleno de dudas con respecto a qué tipo de comida
debería comer, lo único que tenía claro era mi decisión por probar algo nuevo.
Tomo el metro y cruzo las 24 estaciones para llegar a Patronato, con todos los
vagones repletos de gente me da la impresión, al bajarme, que todos me
acompañan porque en las calles la situación no cambia, personas y más personas
por todos lados.
Sí, asumo que Patronato es un
barrio comercial de bajo costo conocido por vender ropa y otros productos al
por mayor, pero eso ¿Justifica realmente aquella cantidad de compradores en un
día de semana a las 12 P.M? Resignado y sin nada de hambre, comienzo a caminar
por las calles del gigante comercial con la idea de encontrar un restorán para
cuando llegue el momento de comer.
Lo primero que reconozco es un
patio de comida subterráneo con escaleras mecánicas, en el cual hay alrededor
de 15 locales de cadenas conocidas e independientes los que tienen por
estrategia de marketing poner a “representantes” en la entrada, quienes se
abalanzan sobre ti para entregarte folletos con el menú o con promociones de
sus respectivos lugares de trabajo.
Con tres folletos en el bolsillo
y un clima completamente cambiante, sigo adentrándome por el centenar de
tiendas que compone y da forma a Patronato, con maniquíes mirando a los
transeúntes pasar apresuradamente. Ya con un pequeño atisbo de hambre presto
mayor atención a los restoranes que intentan destacarse por sobre los otros
locales con sus toldos y pregoneros gritando la variedad de platos en cada
entrada.
Es en ese momento en el que me
doy cuenta del complicado panorama que se avecinaba, todos los locales estaban
repletos de gente por lo que solo estaban vendiendo comida para llevar, pues al
parecer la mayoría de los comensales en los distintos locales tienen como plato
final la sobremesa.
Sin importar el país de origen de
los platos la respuesta era misma. Cansado de buscar alguna mesa disponible,
meto mi mano al bolsillo para ver la hora en mi celular y me encuentro
nuevamente con los folletos en mi mano, fatigado pienso ¿Por qué no?
Una vez dentro de ese subterráneo
culinario decido probar un plato árabe en “MR. Baclawa”. Ignorante en materia
de su gastronomía, compro lo que se ve más rico en la infografía, “Kubbe
relleno” ($3490) compuesto de arroz árabe, ensalada, papas fritas, bolitas de
carne de cordero con bulgur y salsa de ajo. Estando el patio de comida lleno,
pido para llevar.
Luego de una hora de viaje y tres
minutos en el microondas, tengo el Kubbe en mi mesa, con un aroma particular
del cual no pude distinguir su procedencia. Más de la mitad de la comida era
ensalada picada notoriamente de forma tosca y rápida, es más, no pude meterla
toda al plato. Desilusionado, mi hambre me guía hacia el arroz amarillento con
especias. En una palabra, insípido, sin nada de sal, sin ajo, sin sabor. Hago
una revisión rápida de los otros componentes del plato. Las papas fritas tenían
un buen sabor, para ser de un local que las cocina rápidamente, no están para
nada aceitosas, unto una en la salsa de ajo, la peor decisión, la salsa se
asemeja a un ajo muy fuerte con agua. No tiene una buena textura y menos aún
espesor, es completamente líquida.
Por último, pruebo las bolitas de
cordero con bulgur (harina árabe en base a trigo) y mi sensación de ellas no es
diferente a la del plato en general, tiene una textura muy seca, un tanto
pastosa y en exceso saladas. Tomo bebida y solo me como las papas.
Al final del día solo me queda una duda ¿Por
qué las personas compran comida en ese local?
Por Rodrigo Lemus Mora.
Nombre: MR. Baclawa
Dirección: Paseo Santa
Filomena, Eusebio Lillo 440 Recoleta, local 1
Teléfono: +569 79305354
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