Rubber Soul y el arte de hacer arte que perdura a través del tiempo.

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Por Juan Cristóbal Arredondo  

Se parte desde una base: Rubber Soul fue lanzado al mercado hace más de cincuenta años y su música todavía sigue viva. El paso del tiempo y los años, que siempre han sido despiadados, no complican a una obra maestra que bien podría ser considerada un anacronismo.
Si todavía hay científicos buscando la fuente de la vida eterna, les diría que ya existe, que está aquí, que la hicieron los Beatles y que se llama Rubber Soul. El sexto álbum de estudio de una de las bandas británicas más destacadas de la historia musical fue lanzado el 3 de diciembre de 1965 bajo el sello EMI. Producido por George Martin (no, no es el escritor de Juego de Tronos), el disco fue grabado en sólo cuatro semanas, con el propósito de aprovechar la época navideña, y vendió más de seis millones de copias sólo en el Reino Unido.
Ya ha pasado medio siglo desde la aparición de este álbum, considerado por muchos, uno de los mejores de la historia. De hecho, la revista Rolling Stone, en un número publicado en noviembre del 2003, consideró el disco en el puesto cinco de los mejores quinientos de la historia.
Y no es para menos. Cualquier reconocimiento adicional que pueda tener Rubber Soul es absolutamente merecido. La combinación de estilos, los quiebres inesperados pero satisfactorios; una canción para cada momento. Eso es Rubber Soul: un vendaval de emociones, un código secreto, elaborado de tal manera que, al escucharlo, se transforma en un código secreto universal.
El disco contiene 14 canciones de estilos diversos que conviven en perfecta armonía. Comienza con Drive My Car, la canción compuesta por McCartney y Lennon, que deja claro, desde el primer momento la potencia que podría llegar a tener el conjunto. Luego, continúa con Norwegian Wood, una canción radicalmente opuesta, donde el estilo melodioso de la primera se esfuma y las melodías bailables dan paso a una producción mucho más personal, calmada, introspectiva.
El quiebre melódico que se produce entre la primera y la segunda canción terminan marcando la tendencia de lo que terminaría siendo el álbum: una mezcla de ritmos, el paso entre lo interior y lo exterior, la ventana que indica el camino hacia nuevas experiencias musicales. Canciones como Run For Your Life, melódicas, bailables, se contraponen a composiciones como Michelle o In My Life, mucho más íntimos, personales, sacados de la mente a pasear por rincones desconocidos del subconsciente.
            Los meritos que hicieron los cuatro integrantes de la banda al pensar, componer y grabar este álbum quedarán marcados en la historia de la música. No por nada es considerado, por medios especializados, uno de los mejores álbumes de todos los tiempos. Y es que, con cada canción de Rubber Soul, con la historia de contradicciones que compone el disco, con la mezcla entre ritmos radicalmente opuestos que son capaces de convivir dentro de un todo, los Beatles marcaron una tendencia y se convirtieron en referentes para todos los artistas posteriores.
            Escuchar Rubber Soul es darse cuenta de que hay arte que no envejece, que hay manifestaciones artísticas capaces de perdurar e incluso de pararse frente a los gigantes contemporáneos, que quedan en evidencia ante la maestría de estos clásicos. Si hubiese escuchado el disco, sin saber de quién era ni en qué año fue lanzado al mercado, bien podría haber pensado que se trataba de una banda emergente, contemporánea, con un brillante futuro por delante. Porque la buena música no tiene tiempo ni etiquetas ni barreras contextuales; el arte refinado es arte por sí mismo y perdura, muy a pesar de todo, a través de los años.  



Ficha técnica
Grupo: The Beatles.
Año de lanzamiento: 1965.






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