Marvel’s The Avengers y cómo me volví una geek
"Surgió la idea de reunir a un grupo de personas sobresalientes para que, cuando las necesitáramos, pelearan las batallas que nosotros nunca podríamos"
-Nick Fury
¿Alguna vez sintieron que una película cambió sus vidas? Yo
creo que todos pasamos por ese momento en que un filme nos produce algo adentro
y empezamos a percibir las cosas de forma distinta o queremos hacerlas
distintas.
En mi caso fue una película de Marvel Studios. ¿Cuál de todas? Bueno, podríamos llamarla la
“película prometida”, el gran proyecto que Kevin Feige le prometió a todos los
fans de los cómics, Marvel’s The Avengers
(2012).
En realidad no me llamaban la atención las películas de
superhéroes y los cómics cuando era una adolescente, si bien era cercana al
mundo del manga y el anime, nunca le encontré la emoción o me encantaron las
producciones occidentales.
A mis cortos 14 años, había obviado el boom de películas de
superhéroes que estábamos experimentando, a lo más había visto la primera
película de Iron Man. Si bien no vivo bajo una piedra y conocía la trilogía de
Spider-man de Toby Maguire y la de X-Men, la calidad de estas me habían dejado
mucho que desear, por lo que nunca me motivé por este tipo de películas.
En cambio, sí disfrutaba de la trilogía de Nolan y las
animaciones que había visto de más pequeña, como Teen Titans (2003) y Justice
League (2001), lo que me hacía mirar en menos lo que podría ser una producción
de Marvel y me apegaba de manera exclusiva a la animación de DC, la cual visitaba
muy ocasionalmente.
Todo esto cambió en mayo del 2012.
Recuerdo muy bien el día, era miércoles, venía saliendo del
colegio, de la clase de física más aburrida del universo, y me disponía a
realizar el largo viaje que me distanciaba entre mi establecimiento educacional
y mi hogar.
Obviamente acepté, que me invitaran al cine no era algo
usual en esa época. Pero cuando Juan me preguntó si estaba al día con las
películas, me descoloqué un poco. “¿Es una saga?” pregunté por el teléfono. Lo
que siguió fue un silencio un tanto incómodo, finalizado por una invitación poco usual, “el viernes ven a
mi casa”.
Ese viernes ambos hicimos la cimarra y partimos a la casa de Juan para la maratón de nuestras vidas. Vimos en total cinco películas de la MCU,
nos atiborramos en comida y lo único que podía pensar era en cómo me estaba perdiendo de todo esto. Si bien no todas fueron buenas, me gustaron mucho y sentía que
necesitaba ver la próxima película, cada escena post-créditos me dejaba al
borde del asiento.
Y así, el día siguiente fuimos al cine a ver The Avengers, que terminó siendo todo lo que esperaba y
más. No llevaba mucho tiempo encantada con los personajes, pero
lo estaba y la felicidad de verlos interactuar entre sí y pelear codo a codo me
ponía muy contenta.
Lloré con la muerte de Coulson, un personaje que sentí era
el pegamento que unía todas las películas, además de Fury. Me extrañé cuando vi
que cambiaron a Edward Norton por Mark Ruffalo (cambio por el cual no me quejo).
Adoré ver a Blackwidow y Hakweye con más protagonismo que en películas
anteriores. Disfruté ver de nuevo a Loki como un villano y me encantó ver cómo Steve
Rogers se relacionaba con un nuevo Stark.
Todos los elementos de este crossover me hacían feliz, me preguntaba cómo le daban cabida a
tanto personaje y aun así todo se sentía tan natural, tan elaboradamente sutil,
lleno de gracia y drama a la vez.
La música en los momentos previos a una batalla, que a mí
parecer estaban muy bien coreografiadas, hacía que se me erizara la piel, algo
que hasta el día de hoy Marvel logra hacer conmigo. Esperaba a cada momento
cómo podrían sorprenderme otra vez y lo hacían, especialmente con la toma en
que finalmente todos los vengadores se reúnen para la batalla final.
La película es tan buena y transcendente, que casi cada
línea de ese guion se convirtió en frases que son referenciadas en la cultura
pop, volviéndose casi un gospel para los nerds. “Hulk. SMASH” es una de las
tantas que terminé repitiendo por semanas.
Además, el final no me dejó tranquila, la escena post-créditos que nos mostró por primera vez a Thanos no salía de mi cabeza. Primero porque tenía que saber de quién se trataba y qué quería, porque pinta de bueno no tenía, y segundo, "The Avengers will return" me dejaba con un gusto agridulce, tenía que saber en qué condiciones y cómo volverían.
Definitivamente, cuando salí de la sala de cine me dije a
mí misma “necesito más”. Le expresé todos mis sentimientos con la película a mi
amigo y este me respondió que sólo replicaban lo que estaba en los cómics.
“Lo de los cómics”, me quedó retumbando en la cabeza. Tenía
la costumbre de que si veía una película basada en un libro, lo leía para comparar
el material. Así que leer cómics se convirtió en un paso natural para mí.
Así comencé a molestar a mis hermanos mayores para que me
prestaran los cómics que tenían, comencé a ir a comiquerías, a ferias de pulgas
y a piratear copias en internet, hasta que el mayor de mis hermanos me propuso
suscribirnos a la plataforma digital de Marvel para leer los cómics en el
computador y así fuera más fácil estar al día.
No lamento el día en que acepté esa proposición y no
lamento el día en que accedí a ver la maravilla que es The Avengers.
Una película que supo cautivarme con su cinematografía, con
un villano que me encantaba odiar y personajes que nunca había visto interactuar
entre sí o que jamás me hubiera imaginado que podrían hacerlo.
Es así como encontré que The
Avengers es una película tan buena, que marcó el inicio de mi largo viaje para convertirme en una gran nerd.
Por Soriana Núñez
Título: Marvel's The Avengers
Estudio: Marvel Studios
Director: Joss Whedon
Año: 2012
Duración: 2h23min
Reparto: Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo, Jeremy Rener, Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson, Cobie Smoulders, Clark Gregg.
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